Capítulo
14
Llegamos
al hospital en tiempo récord, jamás en mi vida había conducido a
semejante velocidad, un poco más y seria candidato a piloto de
carreras, pero la desesperación de Rodrigo me tenía hasta el tope,
tenía que llegar rápido, ya que según él, todo era su culpa
sobre todo el que su novia estuviera así, se recriminaba que aquello
era exclusivamente gracias a él, si no hubiese sido por sus
mentiras hacia ella, no estaría en esas condiciones... y aunque
tenía mucha parte de razón, reprochárselo no le serviría de nada.
Así que preferí alentarlo a no encontrar culpables sino más bien
lo alenté a velar por su novia y transmitirle fuerza mientras
estuviera en ese estado.
Entramos
a la sala de urgencias y me cuesta seguir los pasos de Rodrigo, que
sale corriendo a la velocidad de un rayo. Veo como llega al lado de
una mujer que está llorando desconsolada, junto a ella, hay un
hombre que la abraza e intenta calmarla, aunque se le está haciendo
difícil, al menos eso parece. El hombre se acerca a mi amigo en
cuanto se da cuenta de su presencia, pone la mano en su hombro aunque
el gesto de la cara es muy duro, está destrozado. La mujer se abraza
a Rodrigo y comienza de nuevo a llorar.
Llego
hasta ellos y me mantengo en silencio, supongo que son los suegros
por las preguntas que hace Rodrigo totalmente alterado…
-¿Cómo
está?, ¿Dónde está? , ¿Qué han dicho los médicos?, ¿Cuándo
podré verla? ¡Quiero estar con ella! ¡Ella me necesita! – suelta
las preguntas viendo alternadamente a los señores.
-Tranquilo
chico, cálmate. — Dice su suegro, tomándolo por los hombros para
que se centre y se tranquilice un poco. — Todavía le están
haciendo estudios, los médicos dicen que en cuanto tengan un
diagnostico certero podrán decirnos que le paso… por ahora solo
queda esperar... Ahora tranquilízate muchacho, ella te necesita
fuerte y si estas en ese estado no podrás ayudarla...
— ¡No
puedo calmarme! ¡No voy a hacerlo hasta que la vea! Ella… ella…
yo la necesito. – sus fuerzas se van de repente, las últimas
palabras salen entrecortadas, con dolor.
Despacio me acercó a Rodrigo y poniendo una mano en su hombro lo convenzo de que se serene... Aunque su expresión revela que está luchando contra sus propios demonios para no salir corriendo a buscarla.
No
sentamos los 4 en sala de espera, aquel sitio gris, frío,
inhóspito, con unas sillas que son un potro de tortura, donde el
paso del tiempo dejará de tener sentido alguno, las horas pasan sin
que podamos hacer un uso interesante de ellas y si la espera se
prolonga mucho acabaremos agotados pero con alivio o en su defecto
con llanto incontrolado.
El
tiempo pasa lento, o no pasa como debería. Rodrigo ha pasado casi
todo el rato dando vueltas de un lado a otro, sentándose, parándose,
preguntándole a toda enfermera que se le cruzaba si sabía algo de
su novia, pero todas las respuestas eran lo contrario a lo que él
quería escuchar...
-En
un momento más vendrá el médico para darle información, por ahora
le siguen haciendo estudios...
Esa
respuesta lo desesperaba aún más de lo que ya estaba, la verdad
podría decir que se notaba que estaba arrepentido de todo lo que
hizo y la frustración de no poder decírselo a ella lo lastimaba
hasta lo más hondo de su ser y me
lo confirma cuando casi en un susurro me dice... :
- ¿Te
das cuenta Zack?...“ La aparte de mi lado de la forma más cruel
que pude y ahora que ella esta luchando por su vida es que me doy
cuenta de cuanto la necesito”
*Helena*
Un
nuevo mareo viene de repente acompañado de un dolor punzante en la
cabeza, la habitación se mueve como si estuviera temblando el dolor
cada vez es más fuerte que me obliga a cerrar los ojos, pero el
dolor no se va...
Abro
los ojos y la luz me ciega unos instantes, todo es blanco. La cabeza
ya no me duele, el mareo desapareció también, tocó mi vientre
instintivamente pero no siento nada, eso me desconcierta, pero en ese
momento, me doy cuenta que también yo voy vestida de blanco, no el
blanco habitual de hospitales, no, este blanco es diferente como si
iluminara. Ya no hay dolor, ya no hay tristeza, solo paz y...
silencio. Me levanto de la cama y doy unos pasos, la intravenosa en
el brazo que tenía también desapareció…
-¿Que
pasó?, ¿En donde estoy?
-Helena….
Helena – una voz me hace detener de repente, y después de nuevo mi
nombre es dicho. – Helena… Helena.
Sigo
caminando en busca de esa voz que me llama a los lejos, su tono es
tan cálido que me tranquiliza, camino y camino hasta que por fin me
choco con una especie de puerta también blanca, está cerrada, pero
sin darme tiempo a nada, está se abre como si quien quiera que esté
del otro lado ya supiera que era yo, entro y a unos metros veo a una
persona de pie vestida como yo, que me dice...
-bienvenida
helena, te estaba esperando...
Donde esta Helena, como es que nos delas así.
ResponderEliminarDenise...Primero que nada muchas gracias por todos tus comentarios, me alegro mucho que mi historia te guste, espero siga siendo así...Y en cuanto al capitulo hasta helena tendrá que aprender su lección...un saludo enorme y nos seguimos leyendo!!!
Eliminarmi Luchi .. ������ como nos dejas así eh ??? Ya quiero saber q pasara con helena ,su bebé , zack ,Rodrigo ayyy noooo ....
ResponderEliminarAy Lu! ¿Como voy a aguantar ahora hasta el próximo capítulo?
ResponderEliminarQuiero saber que va a pasar con Elena!!!
Al parecer todos van a aprender algo con esto.
Muy buen capítulo.
Un beso grande.
ummm nos has dejado con la miel en los labios y queriendo mas ;-). Un capitulo muy bueno
ResponderEliminarGracias Amparo por leer esta historia y por tus comentarios....me alegro mucho que te haya gustado..ahora llegó el momento en donde los giros de la vida empiezan a salir a flote...Saludos!!!!
Eliminar