Capítulo 11
Ya
que Scott hizo la presentaciones correspondientes, su amigo, dueño
de la casa nos reúne con otro grupo de chicos que están sentados en
un circulo sobre el pasto. Al momento en el que estamos todos ya
sentados, nos pasan una botella con lo que supongo es alcohol porque
ya todos están bastante alegres y varios de ellos también tienen en
sus manos cigarros en vías de extinción.
Veo
que Scott conoce a la gran mayoría de los asistentes y es él quien
me ayuda a integrarme con los demás, sacando tema para que no me
sienta como gato de otro pozo, cosa que le agradezco para mis
adentros. Al cabo de un rato veo acercarse a una chica de cabello
negro, alta, enfundada en un vestido negro ajustado y con bastante
maquillaje, caminando hacia nosotros de forma muy decidida como si
quisiera dejar claro que el mundo es todo suyo, juro que al verla
empiezo a sentir como cierto rechazo, una voz dentro de mí, me dice
que esta mujer esconde algo aunque apenas la conozco así que seguro
son alucinaciones mías. Se acerca sigilosamente a Rodrigo, quien
está hablando animadamente con otro chico del grupo y no se ha dado
cuenta de su presencia sino hasta que la mujer misteriosa se coloca
justo a su lado es que nota su llegada la cual no es de su muy grato
agrado.
-¿Qué
estás haciendo aquí?- Su voz confirma que estaba en lo cierto, esta
chica no estaba en sus planes que viniera. La expresión de la chica
cambia repentinamente de felicidad a desconcierto, pero manteniendo
sus aires de superioridad le responde:
-Primero,
a mi no me tratas así, que no soy una más de tus conquistas...Y
segundo vine porque supe de la fiesta, no por ti claro- espeta con
ironía- pero para que veas que te quiero, vine para estar contigo-
Hace el amago de querer darle un beso pero Rodrigo se lo niega
agachando su mirada , ella se pone de pie pero antes de irse deja
claro su postura
-
Esto no se va a quedar así Rodrigo... yo no soy plato de segunda
mesa...- luego sale dando pasos apurados directamente hacía otro
rincón de la casa donde hay gente bailando.
Después
del pequeño altercado de la misteriosa mujer, la noche sigue entre
risas, bromas, alcohol y cigarros, el ambiente se ha puesto bueno
tanto que podría decir que Scott tenía razón y esto era lo que
necesitaba para olvidar mis problemas… aunque sea por unas horas.
Decido entonces quebrantar solo por hoy todas mis reglas “moralistas”
y beber un poco del vodka, solo un trago eso sí, pero para que mi
amigo no esté diciéndome que soy un aburrido.
Estoy
llevándome la botella a la boca cuando escucho la voz de un chico ya
entrado en copas que le grita a Rodrigo desde de la piscina.
-Oye
Rodrigo, ahora que tu y la señorita remilgada no están juntos...¿Me
la puedo tirar yo?... -La reacción del anfitrión es tan rápida que
ni siquiera me da tiempo de decir algo para evitarlo.
Rodrigo
se levanta hecho una furia de mi lado a la vez que va vociferando
insultos hacía el chico que lo mira desafiante desde el otro lado.
Entre Scott y algunos más intentan frenarlo pero él los aparta de
su camino con un empujón, su objetivo es claro, ese chico no sale
ileso de la casa. Al ver los intentos fallidos de los demás por
parar a terminathor, decido intervenir para
evitar que la situación se vuelva más dramática y alguno de los
implicados o ambos termine detenidos y en el hospital.
-Déjalo
hombre, esta borracho Rodrigo, no sabe lo que dice… sigamos con la
fiesta...anda...
Rodrigo
aprieta con fuerza sus puños dejando notar sus venas por donde está
corriendo seguramente mucha ira, sigue acercándose hasta que llega
al borde de la piscina y desde afuera amenaza a su enemigo...
-Eh!!
Tú imbécil, sal de esa piscina ahora mismo, dímelo en mi cara otra
vez... o ¿me tienes miedo?...
El
chico sale de la piscina, tambaleándose y escurriendo agua por todo
el piso, los demás empiezan a ponerse al alrededor de ellos sin
decir nada, limitándose solamente a esperar a ver quien lanzará el
primer golpe. Por mi parte no quiero ver correr sangre así que
actuando como el más centrado entre los demás, me acerco a Rodrigo
susurrándole al oído, que desista de golpear al idiota que lo está
cabreando.
-Venga
Rodrigo, de verdad no vale la pena que te pelees, solo te tiene
envidia por tu poder de seducción con las mujeres... anda, vamos a
seguir con la fiesta no le des el gusto- Lo jalo del brazo hacia
donde están los demás, siento alivio cuando noto que al final
“terminathor” se ablando y se deja llevar por mí, no sin antes
por supuesto dedicarle una mirada de odio al chico que escurre agua y
huele alcohol, asentando que hoy tuvo suerte pero la próxima no la
libra.
Caminamos
juntos hasta lo que parece un cuarto u sótano de la casa, Rodrigo se
sienta en los escalones de la entrada y me pide en silencio que lo
acompañe con un movimiento de cabeza, me siento a su lado sin hablar
porque ahora solo necesita calmarse. Lo dejo que se tranquilice y
cuando creo que ya su ira se ha ido rompo el mutismo para
preguntarle...
-Bueno,
ya que estas más calmado, dime... ¿porque te pusiste así?, supongo
que la señorita remilgada de la que el otro chico hablaba, no es esa
chica de cabello negro con la que estabas hace rato, ¿o sí?
-No,
la señorita remilgada es... mi ex... - dice en un tono triste-
creo...
-
Bueno, estás seguro o ¿solo lo supones?
-Ese
es el punto. No lo sé.
-Pues
no soy psicólogo pero si quieres un amigo, se escuchar muy bien.
Rodrigo
me mira dudando por un momento si contarme o no su historia pero creo
que la necesidad de desahogarse es más fuerte y entonces sin dejarme
decir nada comienza su relato.
-Conocí
a mi novia hace ya dos años, yo había empezado a estudiar
psicología, - con una risa nerviosa contesta a mi pregunta no
formulada, no tiene el tipo de psicólogo la verdad - si, suena raro
en un chico como yo, pero siempre me gusto el misterio que esconde
la mente humana, me apasiona ser quien los ayude a no tomar la
decisión equivocada. En fin, ella estudiaba abogacía así que
nuestra relación era casi nula, hasta que un día un profesor de mi
carrera nos dejó un trabajo en donde teníamos que crear mediante
los datos de un preso su perfil psicológico. Para hacerlo el maestro
nos había asignado a cada uno un estudiante de derecho.
-Y
ahí fue cuando la conociste a tu novia- interrumpo-
-Algo
así... Cuando el profesor nos presentó a quienes seria nuestros
compañeros, la verdad no me fije mucho en ella, simplemente la veía
como la persona que me ayudaría para hacer mi trabajo y nada más...
-y
¿que hizo que la vieras diferente?- Preguntó intrigado-
-
No lo sé a ciencia cierta, quizá su inocencia, su dulzura, su
manera de ver la vida… En resumen, los días empezaron a pasar,
nos íbamos conociendo el uno al otro de a poco, ella me contaba su
vida, sus razones para estar estudiando derecho, y sus ganas de poder
enamorarse algún día... y yo sentía que a su lado no tenia que
fingir ser alguien distinto, no tenía que quedar bien con nadie
porque ella me aceptaba tal cual era... podía contarle cualquier
cosa, ella siempre me escuchaba, se interesaba en mí, por eso no
dude un segundo en pedirle que fuera mi novia, quería estar a su
lado, necesitaba sus fuerzas para complementar las mías, ella era
todo lo que siempre había querido.
-Pero...
¿ si se querían tanto que hizo que terminaran?
Ante
mi pregunta, Rodrigo suspira fuertemente, toma aire para recuperar
fuerzas supongo y puedo ver en su mirada que lo que va a contarme a
continuación no es fácil para él, sus ojos brillan de tristeza
contenida entonces estoy seguro que este chico no es tan
intimidante como parece, en el fondo tiene su corazón...
-Hace
unos meses, ella empezó a tener más presión en su carrera, tenía
exámenes diarios y casi no nos veíamos, pasaba gran parte de su
tiempo estudiando, y yo empecé a sentirme solo, a sentir que ella me
estaba cambiando por sus estudios.
-Y
ahí fue que esta chica de cabello negro llegó a ocupar ese vació
que tú tenías... - por su expresión sé qué estoy en lo cierto-
-Bianca,
apareció cuando mas solo me sentía, hizo que confiara en ella, me
hizo ver que le importaba y como yo estaba despechado, caí en sus
redes, inicie una “relación” basada solo en sexo casual, esa era
mi manera de escapar a mis problemas... Pero cuando quise dejarlo fue
demasiado tarde, no pude, primero porque Bianca me amenazó con
contarle todo a mi novia si la dejaba y por otro lado yo no era capaz
de terminarla. Así que seguí a su lado, sumergido en el mundo de la
lujuria desenfrenada, aún sabiendo que estaba mal... los meses
fueron pasando entre mentiras y engaños para con mi novia hasta que
hace unos días ella se entero... lo que paso después ya podrás
imaginártelo....
Rodrigo
termina su historia y yo me quedo pensando en que de alguna manera
estamos conectados, pues los dos perdimos a la persona que más
queríamos por no valorarla lo suficiente...Y ahora añorábamos
estar de nuevo a su lado, con la diferencia que la mujer en la que
estaba yo pensando en ese momento, y la mujer en la que Rodrigo se
perdió en sus recuerdos. era sin saberlo… la misma.