Capítulo
4
Todo
lo que me rodea es una completa oscuridad. Estoy sola sentada en el
piso con mis brazos apoyados en mis piernas, siento mis ojos
hinchados, exhaustos, pesados y junto a esto me sigue un ardor
insoportable, entonces me doy cuenta que eh estado llorando durante
un largo rato, aunque no estoy segura de cuánto tiempo. Pero por
mis síntomas presiento fueron suficientes horas para lograr secar de
toda lubricación cada centímetro de mis pupilas que ahora piden un
descanso a gritos.
No
sé dónde estoy, todo a mí alrededor está cubierto de una entera
negrura ni siquiera el leve reflejo de la luna asomándose desde una
pequeña ventana del lugar donde me encuentro, me ayuda a orientarme.
Me pongo de pie para buscar algo que pueda encender el foco que
cuelga del techo desnudo, pero al intentar pararme algo me lo impide,
vuelvo a intentarlo pero no puedo, es como si mis piernas no
respondieran a la orden dada desde mi cerebro, sin otra opción me
impulso utilizando mis manos pero al apoyarlas en el suelo siento que
estás tocan un liquido de consistencia un tanto viscosa y espesa
regada en el piso, llamando poderosamente mi atención, despertando
mi curiosidad por averiguar de dónde proviene. Me quedo paralizada
cuando deduzco que estoy sentada sobre algo proveniente de mi
vientre. Grito, grito tan fuerte desgarrando mi garganta, no me
importa solo no puedo parar de gritar, mi pecho sube y baja sin
descanso. Estoy aterrada, muerta de miedo y no solamente por mí,
estoy aterrada por qué no se si mi bebe y yo podremos sobrevivir…
Me
despierto sobresaltada… agitada, mi pecho esta bañado en sudor.
Enciendo la luz de la lámpara de mi mesa de noche y tomo el vaso que
esta junto a ella, bebo un sorbo de agua para intentar
tranquilizarme, pero ese sentimiento de angustia y miedo vienen sin
pedir permiso. Sin pensarlo dos veces, toco mi vientre.
-Mi
bebé está bien, - susurro para mí misma, mi voz es angustiada y
mi respiración agitada - sólo fue un mal sueño, una terrible
pesadilla.Aunque siento que mi vida, no está muy lejos de ser la
pesadilla que siento.
Mis
padres se negaron a darme una explicación sensata de su engaño
sobre mi embarazo, solo dijeron que querían lo mejor para mi, con
excusas pretendieron convencerme de que era muy joven para ser madre,
me suplicaron les prometiera pensarlo, expresaron que si mi deseo era
tenerlo podía meditar darlo en adopción al nacer a una familia
dónde recibiría amor y atención, la cual yo, según ellos no
estaba apta para proporcionarle.No
pude responder a eso sólo me limite a retirarme a mi habitación sin
decir nada, hundida en mi mutismo, absorta en consultar con mi voz
interior por un consejo, una respuesta certera.
Tengo
que hablar con Rodrigo, necesito verlo para contarle lo que esta
pasándome, en el fondo tengo miedo de su reacción, me estremece
pensar que podría abandonarme, dejarme sola a mi merced, pero
también está la posibilidad que se ponga feliz, que al contarle la
idea de mis padres, me apoye y me aliente a no hacerles caso,
diciéndome que estaremos bien, que me prometa estar siempre conmigo,
porque aunque lo asuste tanto a como a mí, piensa que nuestro amor
podrá salir victorioso.
Dándome
valor, pensando en cosas positivas, tomó el celular para marcarle
sin siquiera detenerme a ver la hora.
Entre
los tonos siento como mi corazón late nervioso ante la espera... Al
cabo de varios llamados alguien me contesta del otro lado pero la voz
que oigo no es ni en sueños la que pensaba oír...
-¿Diga?
Mis
sentidos se alarman, esa voz no es de él, por el amor de Dios ni
siquiera es de un hombre.
¡Es
la voz de una mujer!, ¡Quién diablos ha contestado el teléfono!
La rabia me
invade y aprieto mis puños con fuerza hasta que los nudillos se
vuelven blancos. Estoy a punto de echar fuego por la boca. ¡Es
hora de pedir explicaciones!, ¿Quién rayos es la mujer que me habla
del otro lado?, ¿por qué tiene el celular de mi novio? Aprieto los
labios con furia luego respiro hondo para a continuación
preguntar...
-Soy
Helena... ¿Quién habla?... y ¿por qué tienes el celular de mi
novio?
Ella parece saber quien soy cuándo me dice...
-
Helena, pero hola mujer...soy Bianca ya te paso a tu novio...Mi amor
es para ti...
Me
quedó helada ante sus últimas palabras... ¿Mi Amor? ¿Pero...¿Qué
le pasa a esta mujer?... ¿Cómo llama así a mi novio?... Al
instante escucho su voz y sin dejarlo decir nada más que…
-
Yo te puedo explicar - lo interrumpo...
-
¿Me quieres decir con quien estas?, ¿Quien carajos es esa mujer?...
¡¡HABLA!!
uhhh se le acabo la joda a Rodrigo ... agua y ajo querido... no debiste hacerle eso a Helena
ResponderEliminarmenos mal que fue una pesadilla lo de Helena, lo unico que espero que al bebe no le ocurra nada :(
me encanto Lu, es muy buena la novela y si tienes talento mujer :D
besos grande
si si agua y ajo para este infiel!!!!!...Gracias sol por tus palabras!!!
Eliminarque mal rodrigo como as podido acerle esto a elena puff deseando el capitulo
ResponderEliminarsi pobre helena!!!!...pero rodrigo ya pagara!!!! besos Josefa!!!!!
EliminarLa verdad es que a Rodrigo no lo soporto, si lo tengo delante le doy un par de hostias para que espabile.
ResponderEliminarE gusta tu historia Lu, y me alegro que nos des la oportunidad de disfrutar leyéndola.
jajaja este rodrigo necesita una dosis de su propia medicina me parece...gracias por tus palabras Marina me alegro muchisimo que te guste mi historia y no gracias a ti por dejarme contartela!!!! un saludo!!!
ResponderEliminarQue fuerte para Helena y sigo leyendo...
ResponderEliminar